La marea sube pero él siempre permanece sujeto a la area, ni el viento mece sus cabellos en la noche, ni pestañeaun segundo cuando el levante se muestra presente por la playa serena, vacía, sola. Las olas recorren su cuerpo cuando la marea sube, sus tobillos se hielan, su piel se congela lentamente entre las gaviotas de invierno que revolotean por encima de sus ojos. Él espera, como siempre, paciente y lleno de sueños por cumplir.
El corazón es el último órgano en rendirse, continua latiendo incluso cuando esta separado del organis- mo, incluso cuando te abandona la persona amada, incluso cuando ya no quieres sufrir más.
Ella es equilibrista en el mundo de ilusiones; siempre quiso tener los pies bajo la tierra mojada y que en las noches la lluvia fuera su perfume. Es tímida a lo desconocido, terriblemente sensible, amarga para los que la odian pero siempre guarda una sonrisa para aquellos que la quieren. Sincera, educada, positiva, ñoña y muy romantica. Rara vez muestra quien es, pero siempre lo que siente. Madura, conformista y responsable. Dicen que su mirada logra mostrar lo que no hacen sus palabras. Tolerante, impaciente, exigente consigo misma, celosa, callada, comprensiva, con una mente esperanzadora. Es indescriptible, le incomoda la gente pero odia sentirse sola. Le encantan los besos en invierno, el azul, capturar momentos, la nieve fría acariciando su piel, los viajes, el mundo, la sal, los tés de frutas, leer. Esta llena de vitalidad y con motivos para ser feliz.
3 comentarios:
La espera merecerá la pena si al final del cuento mira otra cosa que no sean gaviotas sino sus ojos.
Tener sueños por cumplir es justamente lo que hace que merezca la pena seguir.
Él espera, como siempre...
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