
Mis piernas no respondían y sentía que el amor me comía por dentro con fuerza y sin calor. Su mirada me acarició el pelo y volví a he charlo de menos. Me besó tantas veces que no pude remediar que su aliento me cegara el cuerpo. Desperté con una sobre dosis por sus labios de veneno y su aliento a caramelo entre sus brazos olor a miel. Ya No sentía mi corazón (supongo que momentos antes se abría fundido con el suyo), la respiración se me cortaba como las pausas de nuestros besos para coger aliento y solo pude decirle un te quiero antes de caer en la realidad.
6 comentarios:
Oh,me ha encantado *___*
Un abrazo monísima
:D
es increible cuanto se puede llegar a querer a una persona
espero que estés bien =)
Uf, parece como la caída que sigue a un beso... Y no física.
Un te quiero, dos respiraciones por te quiero, mil latidos.
Si en mis sueños hubiese un medidor,seguro que sobrepasaría todos los límites de la felicidad.
el amor siempre es droga que engancha y deja sin sentido cuando se pierde...
necesitamos dosis diaria una vez nos acostumbramos...
un beso, pequeña escritora :)
Publicar un comentario