viernes, 15 de agosto de 2008

Otra noche más que casi caigo en nuestros sueños


Mis piernas no respondían y sentía que el amor me comía por dentro con fuerza y sin calor. Su mirada me acarició el pelo y volví a he charlo de menos. Me besó tantas veces que no pude remediar que su aliento me cegara el cuerpo. Desperté con una sobre dosis por sus labios de veneno y su aliento a caramelo entre sus brazos olor a miel. Ya No sentía mi corazón (supongo que momentos antes se abría fundido con el suyo), la respiración se me cortaba como las pausas de nuestros besos para coger aliento y solo pude decirle un te quiero antes de caer en la realidad.

6 comentarios:

Cörvus dijo...

Oh,me ha encantado *___*
Un abrazo monísima

:D

Nalen dijo...

es increible cuanto se puede llegar a querer a una persona
espero que estés bien =)

saudade dijo...

Uf, parece como la caída que sigue a un beso... Y no física.

OjosMiel. dijo...

Un te quiero, dos respiraciones por te quiero, mil latidos.

R. dijo...

Si en mis sueños hubiese un medidor,seguro que sobrepasaría todos los límites de la felicidad.

Anónimo dijo...

el amor siempre es droga que engancha y deja sin sentido cuando se pierde...
necesitamos dosis diaria una vez nos acostumbramos...

un beso, pequeña escritora :)