jueves, 24 de julio de 2008

Tú y solamente tú.

Dame una razón para todo y más, para nunca y siempre; sabes que soy como una de esas páginas sin identificación, como ese intruso que siendo indeleble se coló en todos tus recuerdos.
Tú, la locura perfecta por la que todo el mundo moriría siempre. La palabra emoción de un perfil sin confusión. La penumbra de una magia en polvo. Un imán incandescente que unió los dos polos casi invisibles a la vista de cualquier ser vivo. Tan caliente como el magma, muchísimo más.
Y será inmortal, todo infinito, incalculable. Que con tus palabras todo se intensifica y nunca nada se pierde, y si niego algo no será lo que te quiero, no, no será eso. Me amarre y esta vez no quiero que me sueltes, tu marca me quedó y me quedará por siempre.
Si hubo alguna quemadura, algún destrozo, alguna falta de ternura yo la limpiaré, yo la quitaré. Tú implicas todo, por que sin tí yo no tendría vida.

Y en cada gota que cayó,
en cada parte que besó,

en todas, en todas,
en todas aquellas tembló el cielo.

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